sábado, 24 de enero de 2009

Vallejo.

Hace unos días encontré al fin, un librito de César Vallejo, al que no volvía hace ya tiempo, lo encontré de casualidad, justo en momentos en que trataba de deshuesar si podemos llamarle así, el Rayuela de Cortázar. Me detuvé unos días en la poesía vallejiana, en esa especia de magia palabreica que surge siempre que uno logra entretejer, o destejer, depende de cada uno, algo de lo escrito por Vallejo.


Creo que fue exactamente en 5to de secundaria que le tome real interés a Vallejo, a su poesía tremenda. Desde ese entonces no he podido deshacerme de su influencia, por él quise ser escritor, por él poeta, por Vallejo. Intenté y logré en cierta medida enterarme lo más que pude su vida, por qué Vallejo, qué trae de interesante Vallejo, al menos ahora, si se lo doy a otro chico en secundaria logrará causarle el efecto que le atribuyo, teniendo en cuenta que vivimos en una época en la que todo nos viene masticado, en paquete, la era de la imagen y el video.

Vallejo tuvo una infancia interesante, vivió en un pueblito alejado, Santiago de Chuco en La Libertad, que supongo habrá marcado grandemente su cosmovisión del mundo.

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