lunes, 6 de octubre de 2008

Nueva América Arena.

Pensé que esto era Ramiro Prialé, pero no. De caminar tanto y sin pensar llegué hasta la asociación Nueva América Arena.
Seguí un caminito ladeado por paredes de madera, un pasaje al final de la manzana "F", y de pronto una tranquera para autos, una cabinita de madera da la bienvenida y la señora de lentes que va saliendo me pregunta: ¿A quién busca joven?, no le contesto nada, pero le sonrío, le alcanzo la mano y le doy las buenas tardes.

Esto era algo realmente sorprendente, Nueva América se levantaba como inmensa lengua de casitas de madera sobre la arena. Una lengua que se va doblando de a pocos entre los cerros de arena. Es un inmenso hoyo atestado de cuadraditos cremas que son todas las casitas de pared de triplay, las famosas casitas prefrabricadas, con las que se cubren del frío por acá. Otra inmensa lengua de polvo era la avenida que dividia en dos a Nueva América. Le pregunto por qué Nueva América, un nombre tan particular, y mientras voy caminando me doy cuenta que los sectores se dividen en países, cerca mío está Honduras, más allá Bolivia, México, toda la América reunida en este inmenso hoyo tan particular.

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